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Lo que no ordenas por fuera termina gritando por dentro.

  • Foto del escritor: JorgeAurelioMx
    JorgeAurelioMx
  • 10 oct
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 13 oct


“No, ni Einstein ni Piaget eran desordenados: eran disciplinados”.

—Conversatorio docentes, ApiMx, 2025.



Hay quien cree que el caos es sinónimo de creatividad. Pero hay una línea delgada —muy delgada— entre el caos fértil y el desorden que drena. El primero inspira, el segundo consume. Y cuando el desorden se instala, lo hace con sigilo: roba claridad, energía, tiempo y hasta propósito. No hablamos solo de cosas fuera de lugar, sino de una forma desorganizada de existir, de pensar y de estar en el mundo. Y eso, en quien educa o forma a otros, se vuelve especialmente delicado, porque nadie puede acompañar el crecimiento ajeno si no ordena primero su propia casa interior.


Nos hemos enamorado del mito del genio desordenado. Vemos la fotografía del escritorio de Einstein o el despacho atiborrado de papeles de Piaget y decimos con una sonrisa indulgente: “Así es la mente brillante, un caos lleno de ideas”. Pero no, no nos engañemos. La genialidad no brota del desorden, sino a pesar de él. Es más, muchas veces el desorden es solo una forma elegante de nombrar la pereza, el descuido o la fuga.


No hay virtud en la taza sucia sobre el libro abierto ni en el cajón que nadie se atreve a abrir. El desorden físico no es una prueba de talento, sino un espejo de dispersión interior.

Y por si eso no bastara, está también el desorden digital, el nuevo vicio contemporáneo. Vivimos como esclavos de la vibración del teléfono. Correos, mensajes, alertas, notificaciones: todas exigiendo atención inmediata, todas haciéndonos sentir que algo urgente ocurre, aunque la mayoría sea pura trivialidad.


Cada interrupción corta el hilo de lo que somos capaces de construir. Así, la atención —ese bien escaso del espíritu— se fragmenta en mil pedazos. Lo que antes era contemplación, ahora es distracción crónica. Lo que antes era silencio, ahora es ruido y desorden constante, y ordenarlo no es una tarea doméstica, sino un acto de afirmación: un modo de decir “yo decido sobre mi espacio, y por tanto, sobre mi mente”.


Pero el desorden más profundo no se ve. Es mental, emocional, invisible. Son los miedos que no se atienden, los enojos que fermentan, los pendientes que pesan. Todo aquello que se acumula en la cabeza hasta que el cuerpo quiere dormir y la mente, insatisfecha, exige lo propio.


La respuesta está en pensar. Pensar —como decía Heidegger— no es un proceso mecánico, sino un acontecimiento del ser. Pensar de verdad implica habitar la claridad, dejar que el pensamiento nos acontezca.


Por eso, cuando la mente y los espacios están saturados de cosas o ruido, el pensamiento deja de ser profundidad y se vuelve superficial y reactivo.

Heidegger se preguntaba: ¿Qué significa pensar? No en el sentido lógico, sino en el esencial.


Pensar es dejar que el ser se pronuncie, que nos convoque. Es entrar en relación con lo que verdaderamente importa. Pero para eso hace falta orden. No el orden mecánico del perfeccionista obsesivo, sino el orden que nace del sentido, el que pone cada cosa en su lugar porque ha comprendido su porqué.


Desorden es todo lo que te hace ruido y te complica la vida. Todo lo que te aleja de lo esencial. Y pensar, educar o formar es, en el fondo, un ejercicio de depuración: distinguir lo importante de lo accesorio, lo auténtico de lo aparente.


Ordenar no es limpiar por fuera, es poner en su sitio lo que dentro está disperso.

El maestro que piensa, el formador que se forma, el ser humano que busca crecer, lo hace desde ese silencio interior donde todo encuentra su lugar.


No hay educación sin virtud, ni virtud sin orden. Y no hay orden sin el humilde acto de detenerse a pensar, no solo para entender el mundo, sino para habitarlo con sentido.


___________


Profesor Jorge Aurelio.

Fundador y Director de Asesoría Pedagógica Integral®

Maestro en Dirección de Instituciones Educativas • Maestro en Desarrollo Cognitivo • Orgullosamente Normalista.


 
 
 

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